domingo, 14 de septiembre de 2008

¿QUÉ SON REALMENTE LAS CONTINGENCIAS?

Fragmento parafraseado de: Montgomery, W. (2005). El quehacer conductista, hoy: Ensayos de interpretación teórica y práctica. Lima: Ediciones de la Revista Peruana de Filosofía Aplicada. (pp. 74-77). ISBN 9972-655-02-4
La contingencia era para los griegos una divinidad, Tyché, la diosa de la fortuna o azar. Quizá por eso dentro del vocabulario coloquial la palabra en mención significa algo eventual, algo que puede o no suceder. De acuerdo con ideas recientes en el análisis de la conducta (p. ej. Ribes, Glenn, o Ulman) las contingencias, clasificadas de modo global, pueden manifiestarse en marcos: a) macrocontingencial, y b) micro-contingencial.
Creo que las primeras (macrocontingencias) podrían también ser consideradas como divisibles en marcos estructural, contextual y mediático, donde lo estructural estaría dado por las interdependencias entre los sistemas político, económico y cultural; lo contextual sería relativo a las características del ambiente en que actúan los individuos y los grupos sociales; y lo mediático tendría que ver con los tipos y cualidades de la elaboración/definición de mensajes en la red sociocomunicacional de los mass media. En cuanto a las segundas (microcontingencias), parecen ofrecer connotaciones interpersonal e individual, donde lo interpersonal englobaría las relaciones abstractas y concretas entre los individuos; y lo individual estaría en la intra-acción que el sujeto tiene consigo mismo.
Desde la jerga técnica del condicionamiento operante, la definición lineal clásica de contingencia pasa por el reconocimiento de tres fases o condiciones contiguas o dependientes una de otra, que ocurren en una relación temporal de presentación: un ED o situación discriminativa, una respuesta (o clase de respuestas) que le sigue, y finalmente una consecuencia reforzante que retroalimenta desempeños posteriores. A estas tres fases se les llama contingencia de reforzamiento.
En el análisis más extenso de Skinner, la comunidad verbal (que abarca lo macro y lo microcontingencial) provee un ambiente de estimulación discriminativa (situación) que opera como control instruccional sobre la conducta. Este ambiente está poblado de reglas que instigan seguimiento o cumplimiento por parte de los individuos, de acuerdo con pautas de normativa social-convencional. En semejante contexto, los ED proveídos por las reglas son ocasiones para exhibir determinados desempeños, que a su vez son reforzados por su seguimiento o cumplimiento.
Yendo más lejos, la llamada “teoría de los marcos relacionales” caracteriza la contingencia como una unidad interactiva, negando que sea una mecánica colección de términos, y postulándola como la herramienta conductual de acercamiento a los fenómenos cognoscitivos en el ámbito del análisis del comportamiento verbal. El proceso implicado para el aprendizaje discriminativo verbal es aquí el del moldeamiento, pues las reglas que prescriben respuestas apropiadas se van correspondiendo por aproximaciones sucesivas con el hacer no verbal, hasta configurar equivalencias decir-hacer-decir que, al contemplarse bajo la óptica de configuraciones más amplias, como en la contingencia de cuatro términos (incluyendo un estímulo selector de las relaciones condicionales ESTÍMULO-RESPUESTA-CONSECUENCIA), contienen en sí mismas —o, por mejor decir, en sus operaciones— propiedades lógico-semánticas de reflexividad, simetría y transitividad trasladadas al hacer práctico.
Con el fin de ejercer una mayor inteligencia en la manera de ver la complejidad de las dimensiones contingenciales, Ribes hace notar que las clásicas formulaciones lineales de las contingencias de reforzamiento no consideran explícitamente la dependencia condicional del estímulo y de las propiedades particulares del responder del organismo.
Una consideración más completa de las relaciones de contingencia involucra describir relaciones complejas de interdependencias entre el responder diferencial del organismo, otros organismos y la estimulación ambiental, donde los diferentes arreglos funcionales que éstas toman configuran episodios de campo particulares. La historia del organismo contribuye a conformar niveles de mediación progresivamente más complejos en su responder (desde el plano biológico hasta el simbólico), basados en el desarrollo individual.
Así, las relaciones de contingencia tradicionalmente insertas en el condicionamiento operante y respondiente no son todos los tipos de relaciones posibles. Ribes prefiere hablar de dos tipos de contingencias según su nivel evolutivo: directas y sustitutivas. Las primeras reflejan formas de interacción biológica del organismo con propiedades físicas del ambiente y del mismo organismo (condicionamiento exento de lenguaje). Las segundas aparecen en el transcurso del desarrollo conductual, una vez formados los repertorios reactivos convencionales, que suponen establecer relaciones funcionales con objetos y eventos independientes de dimensiones físicas (propiedades espacio-temporales) y así interactuar con situaciones producidas por ellos mismos.
En suma, pues, el concepto de contingencia implica redes de eventos interrelacionados entre sí, que varían en razón de configuraciones funcionales dinámicas. No es un acontecimiento aislado, ni se limita al reforzamiento, sino que es un sistema o proceso de acontecimientos de causas y efectos recíprocos estructurados en distintos niveles jerárquicos, y como tal debe analizarse, aun cuando a nivel operativo siga siendo necesario fragmentar cada episodio temporal-situacional.

6 comentarios:

Lucho dijo...

No sé si lo haya visto, le mando un video jocoso.

http://www.youtube.com/watch?v=nL9H3J_w5xE

Empiezo a creer que escribir sobre conductismo tiene algo de "egoísta:" solo lo va a entender quien se quiera meter con cierta profundidad en el asunto; o, lo que es lo mismo, MUY POCA GENTE. (He ahí parte de mi desesperanza con respecto a este punto, del cual ya me ha referido su opinión.)

Se puede haber "leído" sin entender ni papa del asunto y presumir que se ha comprendido. Y, por eso, salen artículos que hacen críticas jaladas de los cabellos.

Es lo del "científico masa" de Ortega y Gasset, que no lee para entender lo que el autor ha pensado, sino que quiere confirmar si lo escrito se corresponde a no a sus ideas, conceptos, cosmovisión previos.

William Montgomery dijo...

Sí Lucho, ví ese video hace unas 2 semanas colgado en un blog de la UNMSM con motivo del reciente seminario curricular.
La observación de la alumna sobre por qué el Dr. Ribes escribió "difícil" su Teoría de la Conducta no es la única. Recuerdo que la última vez que Ribes estuvo por aquí (1993) también hubo comentarios en ese sentido.
Yo me leí el libro en una semana y confieso que lo encontré denso, pero a la vez tremendamente estimulante. Afortunadamente ya había tenido contacto con escritos anteriores que introducían a los temas tratados, y sólo tuve problemas a la hora de entender cierta simbología tomada de Schoenfeld (Sistemas T). Cuando acudí al propio Schoenfeld me embrollé más, pero aplicándome creo haberme situado en un 90% de comprensión final. Lo suficiente como para escribirle una extensa reseña titulada "El conductismo: Un paradigma en evolución sistémica", que salió publicado en un folleto titulado "Textos de Psicología" (CEA, sept.1991, II,1, pp. 20-90).
El libro, como lo dice Ribes en su prólogo, no tiene una finalidad explícitamente didáctica, pero sí lo es en su mayoría. Lo que pasa es que la comunidad de antes y de ahora no está acostumbrada a digerir frecuentemente más que simplezas, y muchas veces en la enseñanza los propios profesores caemos en el facilismo de simplificar excesivamente, dando a nuestros alumnos textos de dudoso valor pero fáciles de leer y concordantes con el "stablishment" psicológico, que no pide jergas técnicas sino lenguaje coloquial.

Anónimo dijo...

Hola, ojalá puedad ayudarme, he leído y releído sobre las contingencias, macro, micro, y sobre el análisis conductual, pero no logro comprenderlo al 100%... bueno casi nada. Me podrias explicar en un lenguaje mas coloquial que son las contingencias, y que tiene que ver con el análisis conductual?

Muchas gracias

William Montgomery dijo...

Estimado Kitolt: las contingencias son simplemente las circunstancias que contextúan el comportamiento. Pueden entenderse de dos maneras: 1) conceptual, en cuyo caso se les concibe como equivalentes a interrelación compleja entre todos los elementos del campo conductual (factores estimulares, orgánicos, históricos, de respuesta, socioculturales, etc.); o 2) empírica, en cuyo caso pasa a ser unidad de análisis concreto de 3, 4
o más términos que comprenden los factores: a) antecedentes o estimulación discriminativa, b) la conducta misma, y c) sus consecuencias.
El concepto de contingencia es una de las más importantes herramientas del trabajo conductual. Sirve para situar y evaluar el comportamiento en un momendo dado, permitiendo que de ese examen se deduzca qué estrategias de acción se van a desplegar para modificarlo.

Anónimo dijo...

En la lista de conductistas e interconductistas que se pueden ver en el blog, hace falta un pensador extraordinario que es Josep Roca i Balasch. Pueden ingresar al blog del Liceu psicológic para conocer parte de su obra(Barcelona)

William Montgomery dijo...

No lo dudo, pero la idea de poner "en vitrina" a los principales representantes de los diversos enfoques conductuales pasa por una economía de espacio, por eso sólo pongo uno de cada una y el interconductismo ya tiene dos. Si tuvieramos que consignar la enorme gama de grandes teóricos que se pueden encontrar en la ciencia del comportamiento faltaría lugar...

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