miércoles, 29 de agosto de 2012

Utopías Sociales y Principios de la Conducta

Paso aquí las direcciones donde se pueden bajar de la red los libros Walden 2 de Skinner y Walden 3 de Ardila.
Ambas son novelas utópicas que tratan el tema de la aplicación de la ingeniería de la conducta social, utilizando la tecnologia experimentalmente probada para mejorar las relaciones humanas. Hay actualmente 2 comunidades reales que tratan de seguir algunos de los principios formulados por Skinner: "Los Horcones", en México, y "Twin Oaks", en California.
También hay un artículo del Dr. Ruben Ardila en la red, titulado "La utopía Psicológica: Walden, Walden Dos y Walden Tres", que relaciona la obra de Thoureau con las de Skinner y la del mismo Ardila. Es conveniente consultarlo para entender mejor el contexto de estos aportes.

lunes, 27 de agosto de 2012

Características de las Operantes Relacionales

Steven C. Hayes (**)
Por Steven C. Hayes y René M. Quiñonez (*)

RESUMEN

"La teoría de marcos relacionales considera tipos específicos de respuestas relacionales aplicables arbitrariamente como operantes relacionales. Lo cual no requiere suponer nuevos procesos, pero sí pensar las respuestas operantes en términos funcionales. En este artículo se describen algunos aspectos sobre la visión funcional y un método para caracterizar matemáticamente las operantes relacionales". (Ver Artículo Completo)

(*) Excelente artículo que responde técnicamente críticas realizadas a la teoría de los marcos relacionales (conductismo contextualista). Da al comienzo una descripción sintética de algo que aún no parece claro todavía para muchos conductistas: el carácter pragmático de la verdad y de las teorías a la luz filosófica del contextualismo funcional. 
En este sentido, los autores dicen: "El contextualismo asume un mundo, pero cree que todos los organismos, incluyendo los científicos, interactúan en y con éste. Nadie se puede situar fuera del mundo o conocerlo independientemente de los propios prejuicios, historias y propósitos. La verdad es vista pragmáticamente. Tanto los modelos como las teorías son concebidos como herramientas para lograr ciertos propósitos. Si una teoría demuestra su utilidad no quiere decir que refleje (o represente de manera exacta) el mundo, más bien lo que sugiere es su utilidad para lograr propósitos específicos de indagación. Por el contrario, si los propósitos son diferentes, una teoría diferente podría ser útil. Por lo tanto, la verdad siempre es local" (p. 279)
De esta manera, el trabajo teórico en la TMR se liga a la conceptualizacion de la conducta operante en un nuevo sentido: el de las relaciones entre eventos como una actividad psicológica no topográfica, sino interactiva y funcional, dado que las operantes pueden ocurrir en cualquier nivel de organización y complejidad.

(**) Foto proporcionada por el colega Manuel Garayar (Edublogger de Conductista en Perú).

sábado, 25 de agosto de 2012

El Análisis de la Conducta Como Herramienta Humanista


En el capítulo 29 de "Principios Elementales del Comportamiento" (Malott, Malott y Major, 2003, pp. 461-462) se dice:

"Debemos aplicar el análisis de la conducta por dos motivos: para salvar el mundo y para entenderlo... El bienestar del universo también debería ser la meta del análisis de la conducta, como lo es para cualquier profesión. Por eso hemos de concentrarnos en diseñar sistemas que hagan a las personas felices, sanas y productivas, que maximicen el potencial humano para contribuir al bienestar del universo. 
Somos profesionales del cambio de conducta; analizamos y resolvemos problemas que afectan al individuo, al grupo, a la comunidad, al ecosistema y a las generaciones futuras. Es preciso entender la conducta y lo que la mantiene. Es preciso modificar las conductas que dañan al universo. Es preciso conservar las que lo favorecen. Es preciso servirnos de nuestra profesión para crear un mundo mejor.
¿Le gustaría esforzarse para mejorar la calidad de vida, la salud física y la salud psicológica? ¿Le gustaría alargar la vida de la gente ayudando a que lleven dietas sanas y sigan programas de ejercicios? ¿Le gustaría reducir los pequeños problemas que surgen entre las personas, como entre madres e hijas, hermanos y hermanas, cónyuges, patrón y trabajadores, gobierno y ciudadanos, colegas y amigos?... ¿Le gustaría contribuir a crear un ambiente más sano eliminando la contaminación del aire y el agua? ¿Le gustaría reducir los conflictos entre países? ¿Le gustaría reducir la inanición, la enfermedad y las guerras (tento las nucleares como las convencionales)? Los analistas de la conducta han diseñado y probado técnicas eficientes de la modificación conductual... En conclusión, una manera de crear un mundo mejor consiste en utilizar el análisis de la conducta como una herramienta de construcción" (*). 

Esta enunciación de principios constituye una buena divisa, y merece su amplia difusión.

(*) Malott, R.W.; Malott, M.E. y Major, E.A. (2003). Principios Elementales del Comportamiento (4ta. ed.). México: Pearson Educación.

sábado, 11 de agosto de 2012

El Método Científico-Experimental (Según Claude Bernard)

Claude Bernard
En varios de sus libros, el Dr. Ramón Bayés recomienda la lectura de la obra del Fisiólogo y Médico Claude Bernard (1813-1878) para imbuirse de la esencia del verdadero método experimental, y señala también que muchas de sus definiciones pueden aplicarse a la psicología con la misma connotación que para la fisiología utilizó el sabio francés. 
Las lecciones de Claude Bernard en su libro Introducción al Estudio de la Medicina Experimental (publicado en el siglo XX por la editorial barcelonesa Fontanella) son de una sorprendente modernidad, y ofrecen interesantes nociones para la dedicación al rubro de la investigacion psicológica en el campo del análisis experimental del comportamiento. Entre muchas otras cosas, Bernard dice:
"El razonamiento experimental es precisamente lo inverso del razonamiento escolástico. La escolástica quiere siempre un punto de partida fijo e indudable, y no pudiendo encontrarlo ni en las cosas exteriores ni en la razón, lo pide prestado a una fuente irracional cualquiera, por ejemplo, una revelación, una tradición, o una autoridad convencional o arbitraria. Una vez planteado el punto de partida, el escolástico o el sistemático deduce lógicamente todas las consecuencias, invocando hasta la observación o la experiencia de los hechos como argumentos cuando ellas están a su favor; la única condición es que el punto de partida permanezca inmutable y no varíe según las experiencias y las observaciones sino que, por el contrario, los hechos sean interpretados para adaptarse a él. El experimentador, por el contrario, no admite jamás un punto de partida inmutable; su principio es un postulado del que deduce lógicamente todas las consecuencias, pero sin considerarlo jamás como absoluto y fuera del alcance de la experiencia" (Bernard, 1859/1976, p. 35). (Ver Libro Completo)

NOTA: Esta entrada se relaciona con El Análisis Experimental del Comportamiento y sus Utilidades.

lunes, 6 de agosto de 2012

Causalidad y Conducta Humana

Adolf Grünbaum, notable filósofo y epistemólogo norteamericano afín a la ciencia de la conducta, es profesor emérito de la Pittsburgh University y preside el Centro para la Filosofía de la Ciencia de dicha institución. Éste es uno de sus mejores ensayos, ya clásico además por haber sido incluido en la obra de Roger Ulrich sobre El Control de la Conducta Humana (traducido al español y publicado por la editorial Trillas en los años 70). En él hace una excelente defensa del determinismo.

La Causalidad y la Ciencia de la Conducta Humana

Por Adolf Grümbaum

"Múltiples e importantes argumentos se han esgrimido contra la hipó­tesis de que en el ámbito de la conducta humana existen relaciones de causa-efecto. Con ellos se ha intentado negar la posibilidad de hacer predicciones, las cuales serían factibles, únicamente en el caso de que en realidad se dieran las ya mencionadas relaciones. En el presente ar­tículo intentaré demostrar que los argumentos en cuestión carecen de validez, y que hay muy buenas razones para aceptar la hipótesis causal contra la que van dirigidos aquellos. Muchas de las ideas que aquí se examinarán han sido esbozadas o desarrolladas con antelación por otros autores en diversos contextos; cuando sea posible, daremos las citas correspondientes a estos escritos.
Antes de analizar críticamente algunas de las razones que se han aducido para afirmar que la conducta humana es inherentemente impredecible, deseo apuntar varias consecuencias importantes tanto de esta difundida convicción, como de su rechazo. Es imprescindible explicar estas consecuencias, puesto que son pocos los sustentantes de esta doctrina que se dan cuenta de todas sus implicaciones". (Ver Artículo Completo)

miércoles, 1 de agosto de 2012

Acerca de una Crítica Reciente a Staats

"La crítica científica se justifica solamente entregando a cambio de un error una verdad"
 Santiago Ramón y Cajal (*)

Hace poco el psicólogo norteamericano Gregg Henriques, cercano a la línea cognitiva de Sternberg, ha emitido un juicio de tono casi lapidario sobre Arthur W. Staats, (teórico conductista y profesor emérito de la Universidad de Hawai), en torno a su tesis sobre la unificación de la psicología y, de paso, sobre toda su carrera.
En el documento publicado a través del portal Psychology Today con el título “Why a Unified Theory of Psychology Is Impossible” y subtítulo “Hunting for a unified theory of psychology is tilting at windmills”, el Dr. Henriques explica que el intento de Staats de unir los conductismos y al conductismo total con la psicología tradicional, no fructificó porque su llamado no llegó a ser lo suficientemente poderoso en términos empíricos. Si uno quiere impactar del modo como pretendió Staats —argumenta Henriques—, debe sustentar con pruebas extraordinarias lo que sostiene al estilo de algún descubrimiento que revolucione el conocimiento actual y pueda servir como base para un mayor crecimiento de la disciplina, generando predicciones exactas que puedan verificarse mediante experimentos. Sólo ese tipo de pruebas y procesos podrían superar el intenso escepticismo de los científicos y provocar cambios a gran escala.
Siguiendo con el  hilo de su idea Henriques afirma que la psicología no tiene ni siquiera un mínimo caudal de elementos de una ciencia coherente, por lo cual no podría esperarse que una tentativa unificadora como la de Staats, a nivel conceptual-semántico, tuviera éxito; tanto más viendo el panorama de aproximaciones relativistas, pro-pluralistas y libertarias que hay en la disciplina, para las cuales una propuesta de unificación suena poco seria.
Henriques termina diciendo que, a pesar de saberse que lo único capaz de volcar esa situación de la psicología es la generación de predicciones experimentales tan duras, precisas y matemáticas como las que aparentan tener la biología y la física, dicha esperanza es imposible puesto que tampoco en el caso de la física dicha ciencia ha podido ser unificada. Así la unificación de la psicología, con mayores complicaciones aún, también es imposible y es luchar contra molinos de viento intentarlo o dedicar una carrera a eso como lo ha hecho Staats, quien terminará siendo recordado únicamente por los historiadores de las teorías psicológicas puesto que su aproximación no le ha agradado "a nadie, al menos a la altura de su visión".

COMENTARIO CRÍTICO A LA CRÍTICA DE HENRIQUES

Ni duda cabe de que, más allá de su tono lapidario, los argumentos reseñados tienen un gran valor, pero en la aparente fortaleza de su estructura se advierten ciertas grietas.
  • En primer lugar, obviamente la psicología no es una ciencia coherente. Es por eso que alguien plantea su normalización. Si no la necesitara, a nadie se le ocurriría pedirla. No está prohibido hacerlo, ni debe ser motivo de ridículo. Aquellos que quieran unirse, lo harán, y los que no... pues no. Actualmente, como se sabe, hay movimientos muy firmes en el objetivo de unificar los procedimientos psicoterapéuticos, tanto como hay quienes dicen que eso es algo ilusorio. Y el mundo académico sigue andando…
  • En segundo lugar, Henriques parece caricaturizar el argumento central de Staats. Dice que es un sueño equivocado y un “luchar contra molinos de viento”, puesto que carece del sustento empírico-experimental que superaría cualquier duda. Pero Staats nunca pretendió “cambiar de golpe” la disciplina, él simplemente propuso el indicio de una teoría integradora sobre la base de conocimientos sólidamente fundados en el aprendizaje de tres funciones (los sistemas de condicionamiento interrelacionados), que, si no son compartidos por todos en términos del grado de validez, aportan un primer material empírico sobre el cual discutir sin cerrarse a otras contribuciones. Eso no es ningún “sueño”. En el campo académico es un proceso normal, de otro modo no habría posibilidad de hacer nada.
  • En tercer lugar, en realidad no creo que el “rechazo” actual de gran parte de la comunidad psicológica a la propuesta de Staats se deba, en primera instancia, a las razones que aduce Henriques. Creo más bien que no se ha leído a Staats. Son muy pocos aquellos “escépticos” que se toman el trabajo de leer y/o analizar documentos científicos ajenos que no les llaman la atención a priori por su cercanía con intereses, orientaciones o prejuicios propios. De un tiempo a esta parte, defender la teoría del condicionamiento como lo hace Staats, aunque sea de manera más completa y exhaustiva, no es un certificado de popularidad ante esos "escépticos", por eso quienes quieren causar impacto en la comunidad psicológica  evitan tal connotación y prefieren dirigirse a lugares "más concurridos" alineándose con los gruesos batallones. Es dudoso, por ejemplo, que la notoriedad actual de Bandura no se deba a sus planteamientos “espectaculares” sin mayor profundidad pero concordantes con el “clima” de la opinión más difundida, tales como denominar a su corriente con nombres diferentes al de conductismo y entrar en colisión artificial con él, pretender que el condicionamiento vicario es equivalente o superior a los otros tipos, o enunciar que la autoeficacia es el mecanismo cognitivo de la motivación humana. Habría que ver si un Bandura menos “demagógico” y más apegado a los datos empíricos hubiera llamado más la atención de la comunidad científicamente lega que Staats u otros teóricos conductistas, más aun si lo que sostiene en su mayor parte es prácticamente similar.
  • Estoy seguro de que la mayoría de quienes dicen no estar de acuerdo con la unificación a partir de lo que dice Staats ni siquiera han considerado su enfoque como algo suficientemente “atractivo” para revisar más allá del nivel semántico-conceptual que Henriques afirma (erróneamente) es el único que puede encontrarse en los escritos del profesor de Hawai. Probablemente lo vieron como “otro conductismo más” (desde el punto de vista cognitivo, humanista o dinámico) u “otro mediacionismo más” (desde una perspectiva conductista ortodoxa) y simplemente le cerraron la puerta. Siendo así, la falla no se encuentra en Staats sino en el contexto de poca seriedad y responsabilidad científica que es particular de un gran sector de profesionales que ejercen la disciplina, y que a veces se suele disfrazar de anhelo libertario, relativista y pro-pluralista respecto al objeto de estudio.
  • Por último, ciertamente la teoría de A. W. Staats no tiene la popularidad de otras, pero de allí a decir que “no le agrada prácticamente a nadie” y que al final “las únicas personas que pueden estar familiarizadas con él son los historiadores de la teoría psicológica”, hay una distancia. Me parece que el Dr. Henriques se excede al calificar con argumentos emotivos que confunden el hecho de la incomprensión prejuiciada de vastos sectores (porque ven dicha teoría como ajena a sus esquemas tradicionales), con el verdadero uso científico de “analizar”, “comprobar”, y “aceptar” o “desechar” lo que no sirve. Lo cierto es que A. W. Staats no es sólo “unificación de la psicología”. Significa también, entre otras cosas, el grito de la "tercera generación" y la teoría de la personalidad más elaborada dentro del conductismo, la certificación del papel actitudinal del lenguaje, la paternidad reconocida de la evaluación conductual, de la economía de fichas y de ciertas técnicas de modificación y terapia de conducta. Es posible que nada de eso le parezca relevante al Dr. Henriques.
En mi concepto, la posibilidad de una unificación de la psicología está abierta para quienes lleguen a la madurez en su decisión de empezar a construirla, quizá no en la dirección que señaló Staats (de hecho, esa labor ya se viene concretando parcialmente en la "unificación" de las terapias conductuales y cognitivo-conductuales). Otros preferirán refugiarse en su propia ortodoxia aislacionista o en su ansiedad por “especializar” o ”transdisciplinar” su trabajo. Algunos tal vez decidirán separarse de la psicología fundando algo nuevo, y otros (como el mismo Dr. Henriques) elegirán diluir su visión competidora (¿también ilusoria?) de la unificación psicológica en marcos interdisciplinares más amplios (the tree of knowledge system) o más restringidos. 
En el campo académico a nadie se le pueden hacer epitafios anticipados, y menos de tono despreciativo. Todos tenemos el derecho o el deber de dedicarnos a “luchar contra molinos de viento” si eso aporta a propósitos más elevados. Así lo han hecho los  pioneros en todos los órdenes y en todos los tiempos.

(*) Reglas y consejos sobre la investigación científica. Madrid: Imprenta de Nicolás Moya, 1920, p. 21. 

PD:- Y mientras Henriques sigue minusvalorando a Staats en sus clases, por internet y a quien lo quiera escuchar, el Maestro sigue produciendo... 
Staats, reconocido el 2006 por la revista Child Magazine como una de las "veinte personas que han cambiado la infancia", ha soltado su más reciente libro: The Marvelous Learning Animal: What Makes Human Nature Unique (El Maravilloso Aprendizaje Animal: Qué hace Única la Naturaleza Humana); en el cual trata temas relacionados con la extraordinaria evolución humana y sus causas. 
Pulsando AQUÍ se ingresa al link en el cual está la reseña de su nueva obra, las menciones editoriales y el índice de contenido.

¿EN QUÉ PARTE DEL ESPECTRO IDEOPOLÍTICO SE PODRÍA UBICAR A SKINNER? UN ANÁLISIS CONCEPTUAL

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