Como dice el psicólogo escéptico Terence Hines, lo típico de la pseudociencia es presentar hipótesis no falsables o no refutables. Los proponentes de las hipótesis absurdas o de afirmaciones extraordinarias buscan fenómenos supuestamente inexplicados y le piden al científico que se encargue de explicarlos. Si la explicación es parsimoniosa y no calza con la confirmación de sus prejuicios la ignoran o desprecian como proposiciones de la "ciencia ortodoxa" u "oficial", entonces llegan a la conclusión de que su disparate "alternativo" tiene apoyo en el milenario conocimiento folclórico, y así lo propagandizan. Esto se presenta así en las varias disciplinas que se ocupan del estudio del ser humano...
¿Y LA PSICOLOGÍA?
Hay una cita de J. B. Watson en los albores del surgimiento de la psicología científica que cae a pelo referente a la situación reseñada: "Antes de que la astronomía pudiera progresar hubo de enterrar a la astrología; la neurología debió enterrar a la frenología; y la química a la alquimia. Pero las ciencias sociales, la psicología, la sociología, las ciencias políticas y la economía, no han enterrado aún a sus «brujos»".
Todavía está pendiente, entonces, la tarea de hacer una tabla periódica de tonterías relacionadas específicamente con la psicología, que las tiene y muchas, fundamental"mente" en algunas teorías dinámicas, fenomenológicas, holistas, cualitativistas y biologicistas. Por ejemplo... no, renuncio a nombrarlas, porque hay demasiadas...
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