Una reciente discusión publicada en la Revista Mexicana de Investigación en Psicología trae a colación el asunto siempre conflictivo de la interpretación de lo que es la psicología desde un punto de vista científico-conceptual. Se trata de una propuesta del Dr. Emilio Ribes y del juicio que cinco autores hacen de aquella, y finalmente la respuesta del propio Ribes. Aunque en cierta medida uno pueda considerar que dicha discusión "oscurece" más que "esclarece" el tema en debate por la cantidad de "nudos sin amarrar" que aparentemente deja, sigue siendo importante darse por enterado de lo que se dice y la información que va atrás de cada postura. De modo que consigno aquí el link en el cual se puede encontrar online el número completo de la revista, cuyos artículos son:
- La psicología como ciencia básica ¿Cuál es su universo de investigación? Por Emilio Ribes Iñesta.
- La psicología como ciencia básica: Entre la demolición y la purificación improbable. Por Fernando Gabucio.
- Demolición crítica de la Torre de Babel de “la psicología”. Por María Hernández-Pozo.
- ¿Qué hay de nuevo bajo el sol? Por Alba Mustaca.
- Universo y lenguaje de la psicología. Por Antonio Pardos Peiro.
- Sobre las otras psicologías. Por Javier Vila.
- El extravío del lenguaje en el laberinto de la psicología. Por Emilio Ribes Iñesta.
Nota aparte, me parece que Ribes no leyó el artículo de Hernández-Pozo, porque en su réplica lo pone en el mismo saco que a los demás, cuando más bien dicha autora intentó respaldarlo mediante una propuesta concreta... Hay, creo, cierta tendencia de algunos interconductistas a "encontrar" las soluciones a los problemas mirándose los propios pies, ignorando o desechando sumariamente alternativas u observaciones ajenas, como bien lo sugieren algunos de los analistas aquí consignados...
2 comentarios:
Gracias por el enlace. Muy buen material de lectura, aunque se confirma que no hacemos más que patinar en el mismo fango. Mientras que unos sigan afirmando que palabras como "pensar" y "recordar" son solo palabras del lenguaje ordinario y no procesos que ocurren en el interior de un sujeto, es imposible llegar a un acercamiento. Es decir, mientras que unos nieguen dogmáticamente que en el sujeto ocurren procesos diferentes, de los cuales podemos ser conscientes y por tanto denominarlos con un nombre, señalarlos con una expresión, al igual que se puede señalar un árbol o una casa, llamándolos por su nombre, es inútil intentar un diálogo. Es una obstinación dogmática que no conduce a ningún lado.
Creo que, en su mayor parte, el problema excede las dimensiones de un supuesto dogmatismo por parte de ambas posturas: la que "afirma" y la que "niega". Hay un sustrato de compromiso ontológico ineludible en favor del dualismo o del monismo.
Lo que sí me parece es que el camino que algunos siguen para respaldar el monismo no es necesariamente el único posible.
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