viernes, 12 de noviembre de 2010

LA CREATIVIDAD: UNA VISIÓN CONDUCTISTA

Entre las definiciones de creatividad formuladas desde la psicología tradicional no faltan las alusiones a las cualidades de “capacidad del cerebro” o “proceso mental” ligadas al pensamiento original, a la imaginación, a la inteligencia y a la memoria, lo que, por supuesto, no explica nada ni menos aclara cómo fomentar la capacidad creativa fuera de unas cuantas generalidades de sentido común.
En términos conductuales se puede dar una definición técnica y con fundamento empírico. Desde esta perspectiva, la creatividad es una clase de comportamiento emergente que implica la generación de respuestas nuevas a partir de la combinación inédita de desempeños parcialmente ensayados anteriormente por separado, y en condiciones de estimulación no siempre específicas. Más ampliamente, es una forma de interacción con situaciones contingencialmente ambiguas (en las que no hay un criterio de ajuste específico que satisfacer), y que con su actividad permite hacer surgir nuevos criterios para resolver o formular nuevos problemas (Carpio, 2008).
¿Cómo surge esta clase de comportamiento? En los experimentos de Murray Sidman se ha determinado que la conducta creativa nace de la exposición directa a las contingencias que forman parte de la historia del individuo, sobre la base de numerosas ocasiones en que la situación estimulativa compleja exige emitir discriminaciones condicionales de segundo orden frente a problemas cotidianos que impliquen variedad en forma y complejidad, sin que hayan instrucciones directas y/o explícitas de cómo hacerlo.
Dicha habilidad básica se va moldeando desde las discriminaciones simples, aprendiendo a diferenciar entre estímulos similares, pero más comúnmente se dan casos de discriminación condicional, donde pueden producirse respuestas de elección entre dos o varios estímulos en función a la presencia de un elemento adicional (Pérez-González, 2001). A menudo, en el caso de las personas calificadas como “muy creativas”, los procesos de control de estímulos y reforzamiento de las respuestas de elección variada proporcionados por el entorno social enmarcan su desarrollo con singular énfasis. El control de estímulo se logra propiciando condiciones favorables de tipo infraestructural y de establecimiento de las operaciones, así como utilizando mandos generales similares a “hazlo como creas conveniente”, o “procura ser original”. El reforzamiento incentiva todas aquellas tentativas de variación a la regla o maneras iniciales en las que fue planteada la solución a un problema, Con el tiempo es de esperar que estas acciones de propiciamiento de “contingencias ambiguas” vayan estableciendo un repertorio bajo control de relaciones funcionales derivadas tal como lo precisa Sidman (1994): dadas dos reglas o soluciones moldeadas en dos situaciones A y B, al interactuar en una condición C que tiene algunos estímulos discriminativos, consecuencias o nexos de conducta relacionados con A y B por separado, las personas pueden derivar o proponer una solución para la condición C, combinando las soluciones de las condiciones A y B a través de relaciones de funcionalidad bidireccional arbitraria, sin que se hayan prescrito los procedimientos que había que seguir para ello.
¿Se enseña la creatividad? La “creatividad” propiamente no, pero las habilidades calificadas como creativas pueden probabilizarse enmarcándolas bajo condiciones como las descritas (por ejemplo programando tareas tales como miniconferencias sobre proyectos, elaboración de ensayos, o análisis de casos, etc.; según lo sugieren Vargas & Vargas, 1991), aun cuando no se pueda constituir necesariamente una capacidad o efectividad superior al promedio, como en el caso de los llamados grandes genios o personas de talento. El comportamiento de esa clase de gente está moldeado por contingencias muy especiales que sería difícil replicar, y eso sin considerar otras posibles variables de orden neural o genético que interactuarían con el contexto, dando por resultado aptitudes particulares.
GLOSARIO
  • Comportamiento (conducta): Interacción históricamente construida entre el individuo total y objetos, organismos o eventos generados por su medio ambiente físico, biológico y social. Esta interacción tiene propiedades paramétricas y puede fragmentarse analíticamente de manera molar o molecular, con base en criterios pragmáticos.
  • Contingencia: Conjunto de condiciones bajo las cuales se relacionan funcionalmente la respuesta y sus eventos antecedentes y consecuentes. Puede involucrar más de tres términos, como en el caso de la discriminación condicional. Conceptualmente puede verse como un segmento de interacción temporo-espacial en la cual se relacionan una serie de factores indispensables para que fluya el comportamiento.
  • Control de estímulo: Extensión con que el valor de la presencia de un estímulo o conjunto de estímulos determina la probabilidad de ocurrencia de una respuesta determinada.
  • Criterio de ajuste: Demanda de correspondencia funcional entre la actividad y los eventos del entorno que el individuo debe satisfacer en cada forma de organización de su desligamiento funcional (algo así como el desarrollo de su conducta desde los niveles simples hasta los más complejos).
  • Discriminación: Proceso que comprende el debilitamiento de una respuesta a favor del fortalecimiento de otra, contrastando un estímulo asociado con reforzamiento a otros estímulos no reforzados. La discriminación en una tarea de igualación de la muestra puede verificarse hasta de tres maneras: 1) perceptual, en razón a la semejanza o contraste entre los estímulos, 2) en razón al reconocimiento verbal de las modalidades dadas por el criterio de igualación adoptado, y 3) merced a la identificación del criterio general que regula la tarea de igualación.
  • Discriminación condicional: Forma de discriminación en la cual el reforzamiento de una respuesta a un estímulo depende, o es condicional a, la presencia de otro(s) estímulo(s). En resumen, un esquema de unidades analíticas en la que cada cual se incluye como un componente de la que sigue (control contextual).
  • Estímulo: Fracción del contexto que va, según la elección del observador, experimentador o analista, desde la ocurrencia de un evento físico puntual hasta su combinación o relación compleja entre eventos (clases de estímulos), que se conecta en una relación de funcionalidad con partes de la conducta o su totalidad.
  • Propiedades paramétricas: Geografía (tiempo y espacio), topografía (movimientos, desplazamientos, gestos), fuerza (frecuencia, duración, latencia, intensidad) y probabilidad de ocurrencia.
  • Reforzamiento: Operación de establecimiento o fortalecimiento de una respuesta condicionada mediante la adición de consecuencias que regulen su aparición futura.
  • Relación funcional: Nexo establecido de acuerdo a los cambios sistemáticos producidos por la covariación de dos variables. Por ejemplo entre estímulo y respuesta. Al ser de afectación recíproca, la relación puede ser llamada bidireccional.
  • Respuesta: Fracción de comportamiento respondiente u operante que sirve como unidad de análisis. Su tamaño varía de acuerdo a la elección del observador, experimentador o analista, pudiendo ir desde una simple instancia molecular o ejecución puntual a una clase o secuencia más o menos compleja (molar) de operaciones sobre el entorno en un lapso de tiempo particular. Según las clasificaciones al uso, puede ser “cognitiva” (verbal), “fisiológica” (afectiva) o “motora”.
REFERENCIAS
  1. Carpio, C. (2008). Análisis conceptual de las teorías de la creatividad y proposición de un modelo interconductual. En C. Carpio (Coord.). Competencias Profesionales y Científicas del Psicólogo: Investigación, experiencias y propuestas (pp. 159-245). México: UNAM.
  2. Pérez-González, L. A. (2001). Procesos de aprendizaje de discriminaciones condicionales. Psicothema, 13(4), 650-658.
  3. Sidman, M. (1994). Equivalence relations and behavior: A research story. Boston M.A.: Authors Cooperative.
  4. Vargas, E. A. & Vargas, J. S. (1991). Programmed Instruction: What It. Is and How to Do It. Journal of Behavioral Education 1(2), 235-251.

6 comentarios:

William Montgomery dijo...

Gracias, todas las entradas que figuran sin indicación o permiso de dónde se han extraido son elaboraciones mías.

Anónimo dijo...

Tampoco veo que puedan explicar nada si emplean términos como "emergente", "seleccionar", "elegir", "proceso de control", etc... Parece que irremediablemente les falta un componente que no quieren tocar pero que está allí. El solo empleo de palabras para rodear lo que ocurre como procesos mentales desde donde emergen, se eligen y se controlan todos esos estímulos, no hace que ustedes expliquen absolutamente nada.

William Montgomery dijo...

Anónimo, si miras bien el post en ningún lado se dice que conductualmente se explique nada. Lo que se pretende es una "definición técnica y con fundamento empírico". Sin embargo, extendiendo lo dicho, se puede entender que son cierto tipo de relaciones interactivas entre persona y entorno surgidas de la práctica misma las que explican el episodio que suele llamarse "creativo". No el "proceso mental" que esté "más allá" o "detrás de" la creatividad. Ese llamado "proceso" no es ningún componente de nada, sino la etiqueta metafórica que se utiliza coloquialmente para designar semejantes relaciones. Si se cree que un factor "mental" inespecífico o incluso material (digamos "la función del cerebro") modula o fabrica la creatividad, a su vez tiene que explicarse en qué consiste, cómo funciona y en base a qué se mueve dicho aparato, lo que llevaría a concluir nuevamente en que son las relaciones del propio organismo con el entorno, no una capacidad interior.

FREDRIK dijo...

Para Anónimo (o tal vez Anodíno): Su actitud crítica es aceptable, no me merece oposición, pero se deben seguir ciertos criterios para una discusión académica-científica sino se estaría en la jungla del que grita más es el que "gana" o en el escenario posmodernista en el que cada uno asume que tiene su criterio de verdad (una licencia muy problemática, porque todos tienen derechos pero nadie deberes). Por ejemplo, un criterio básico en todas las áreas del saber es citar referencias y colocar su identificación y filiación. Este criterio es sumamente básico, aunque con esto no digo que ud. deba hacerlo, solo lo anoto. En todo caso, ojala que se puede subir unos cuantos escalones el nivel del debate.

William Montgomery dijo...

Para los lectores que, más allá de prejuicios y fundamentalismos, se sientan realmente interesados en conocer puntos de vista conductuales sobre cognición y no saben dónde comenzar, podemos decir que: 1) existen diversos tipos de conductismo, cada cual con su propia posición al respecto, 2) se puede o no estar de acuerdo con las explicaciones que brinden, pero en ningún caso afirmar que no se ocupan de semejante tema.
Para ver qué se ha dicho y hecho desde las diversas perspectivas conductistas, deben consultarse las siguientes referencias introductorias:
- Bourne, L.E. et al. Psicología del pensamiento.(variantes cognitivas-conductuales)
- Berlyne, D.E. Estructura del pensamiento dirigido. (variante asociacionista)
- Barbosa, C., et al. Sobre la noción de pensamiento en B. F. Skinner. (variante operante)
- Hernández, A. y Sandoval, M. La actividad simbólica humana. (variante contextualista)
- Ribes, E. Psicología general. (variante interconductual)
- Salgado, E. Aproximación epistemológica de la conciencia en psicología: Una perspectiva comportamental. (variante operante)
- Richelle, M.: Skinner, mentalismo y cognitivismo (variante operante)
- Staats, A.W. Aprendizaje, lenguaje y cognición.(variante conductismo psicológico)
Asimismo, para quienes tengan pereza de revisar literatura especializada, los remito a mis escritos sintéticos online: "La comunicación de los eventos mentales" (ver el parágrafo: "El comportamiento cognoscitivo: Puntos de discusión"), y "¿La cognición es conducta? Pues claro!".
En cuanto a los aspectos neurológicos de la conducta se puede consultar de A. Mustaca: "El análisis experimental del comportamiento y las neurociencias". (variante operante).
Algunos conductistas históricos que se han ocupado ampliamente de la neurociencia son Karl Lashley y Donald Hebb.
Sin embargo, para no caer en el consabido error de sustancializar o cosificar lo psicológico en estructuras cerebrales, es mejor vacunarse leyendo previamente "Psicología y Neurociencias: Buscar la llave donde hay luz y no donde se perdió" de M. Castañón y M. Laez.

Unknown dijo...

Buen post y buena defensa, aunque es una desfortuna que los estén buscando en los fantasmas los componentes de la creatividad. Efectos de vivir en una sociedad mentalista que gusta de explicaciones ficticias del quehacer humano.

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