jueves, 21 de junio de 2012

Libertad Personal y Determinismo

  • Este lúcido fragmento sobre la solución al problema psicológicamente
    A. W. Staats
    enfocado de la aparente contradicción entre la libertad personal y el determinismo, le pertenece a Arthur W. Staats (Conductismo Social. México: El Manual Moderno; pp. 428-430). No encuentro mejor tratamiento conceptual explícito de este asunto desde un punto de vista científico: 

"En el dominio de la conducta humana… aún existe fuerte oposición al determinismo científico en la causación. Los humanistas contemporáneos no desean tratar al hombre como un objeto de estudio —que supone que la conducta es causada por eventos especificables.  Mantienen la espontaneidad, la libertad, la autodirección, la actividad. Rechazan una concepción determinista. Sin embargo, lo que vemos como un par de posiciones antagonistas no necesitan serlo. La conducta humana puede considerarse que es causada por otros elementos aparte de los eventos naturales —no por eventos sin causa (espontáneos), caprichosos o con una causa sobrenatural— sin rechazar la originalidad, actividad y autodirección características del hombre ni la experiencia de libertad y espontaneidad. Se sugiere que las leyes del aprendizaje elementales y humanas son leyes causales y que el individuo es lo que ha aprendido, en tanto que también es afectado por las condiciones presentes a que está sujeto. La libertad personal, autodirección, creatividad y espontaneidad que experimentamos pueden estar constituidas por la forma con que los individuos amplían su aprendizaje pasado mediante el razonamiento, planeación, metas con un propósito determinado, etc., incluyendo muchas veces combinaciones de conducta original que no se han aprendido. En todo caso la libertad, la autodireccion y la espontaneidad son además lo que experimentamos en nuestra propia conducta. Nuestros repertorios somos nosotros. Son nuestras individualidades, nuestro "ser". No podríamos recordar el conjunto infinitamente complejo de experiencias de aprendizaje que moldearon a nuestros repertorios. Los repertorios de la personalidad funcionan para nosotros como causas originales —son lo dado. Experimentamos nuestros planes, decisiones y nuestro razonamiento —repertorios complejos de respuestas aprendidas— como las causas de nuestra conducta.
Y también son las causas inmediatas. Cuando el individuo se involucra en el razonamiento o planeación de las secuencias de lenguaje de la conducta, y estas secuencias culminan en la evocación de alguna acción manifiesta, el razonamiento y la planeación son las causas de las acciones tomadas. Otros repertorios de la personalidad, que no involucran la evocación directa, también pueden tener como resultado la experiencia de la libertad personal y de la elección. Por ejemplo, dos hombres pueden empezar con el mismo empleo en una organización. Uno de ellos puede tener un sistema A-R-D (actitudinal-reforzante-directivo, o emotivo-motivacional) diferente al del otro y por o tanto encuentra el trabajo “aburrido”. “no motivador” o “no recompensante”. Después, cuando los dos hombres tuvieron diferentes grados de éxito, el primero podría hablar de su propia responsabilidad personal y experiencia de libertad con el siguiente tipo de expresión: «Los dos tuvimos la misma oportunidad. Él trabajó y desarrolló nuevas destrezas y yo no. Soy responsable por no seguir progresando». En un momento particular se ve como “el dueño de su destino”. Y está en lo cierto, porque sus repertorios de la personalidad han establecido las condiciones para lo que haga y llegue a ser.
También hay causación personal y experiencia de libertad en otra forma, que ocurre mediante las interacciones conducta-medio. Esto es, los repertorios de personalidad del individuo tendrán efecto sobre otras personas que él observa. Por ejemplo, podría observar que sus conductas (avaras, demandantes, deshonradas) le han aislado de sus amigos. Entonces podría decir que su medio social ha estado en función de sus propias acciones.
Se sugiere de este modo que la experiencia fenomenológica o existencial de determinar la propia conducta, de controlar el destino propio, surge de la auto-observación de los diversos procesos causales. El individuo observa sus decisiones, peticiones e intereses su efecto sobre los demás, sobre sí, sobre su medio, etc. Observa que de estas formas determina su conducta, lo que llegue a ser, lo que le acontezca, el cómo le respondan los demás, etc. También observa eventos similares en  otras personas, algunas veces más claramente que cuando él es el objeto de la observación.
No observa ni está consciente de las causas del aprendizaje de su propia conducta o de los demás. Los determinantes son muy complejos, muchos ocurrieron hace mucho, incluso antes que el  individuo los pudiera verbalizar. Los determinantes externos han tenido además tales interacciones tan complejas con los “determinantes internos”, como la toma de decisiones, de modo que las contribuciones de cada uno pueden difícilmente conceptualizarse aún en forma general, mucho menos mediante la experiencia individual. Por ejemplo, el individuo hace cosas porque decide hacerlo así. Las formas en que decida serán función de su experiencia pasada, pero su experiencia pasada también ha sido afectada por muchas de sus decisiones anteriores. Cuando una persona es un adulto le es imposible separa las dos fuentes de causación… Se propone… que una teoría del hombre debe dejar lugar a esta experiencia persuasiva de la autodeteminación interna… es importante reconocer que el individuo experimenta lo que ha hecho y los efectos que ello tiene sobre su conducta, su desarrollo conductual y las circunstancias de su vida.
En un sentido esta conciencia de la propia auto-determinación puede considerarse como un epifenómeno. Surge de las acciones de los repertorios de personalidad aprendidas del individuo y de los efectos que estas acciones tienen…. esta concepción ayuda a llenar la necesidad de entender nuestra experiencia de causación  personal. También nos ayuda a cumplir la necesidad de entender la conducta humana dentro de la estructura de la causación científica”.

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