martes, 16 de septiembre de 2008

ENIGMAS: SOBRE EL LIBRO "FILOSOFÍA DE LA PSICOLOGÍA, DE BUNGE Y ARDILA

Hace años era muy popular un programa televisivo llamado “Aunque Ud. No Lo Crea”, presentado por el inefable Jack Palance. Podría utilizarse ahora la misma denominación para rotular una serie de cosas que pasan y que, pese a no tener que ver nada con enigmas del “más allá”, son intrigantes. Ahí va el cuento:
Casi finalizando la década de 1980 el Dr. Mario Bunge, Físico de profesión, propuso al Dr. Rubén Ardila, Psicólogo experimental, participar en una obra conjunta ocupándose de diversos temas vinculados a la filosofía de la psicología. Sin embargo, Ardila sólo contribuyó con dos ensayos de los doce incluidos, correspondiéndole a Bunge la elaboración de los demás. Entre ellos estaba el capítulo denominado “Conductismo”. Algo paradójico, porque Ardila es conocido como uno de los promotores del análisis (o síntesis) experimental de la conducta en Latinoamérica, y debía ser él quien tuviera la autoridad académica y científica para emprender la tarea de exponerlo. No sucedió así, y por ello el tenor del capítulo está escrito exclusivamente desde la perspectiva de Bunge hacia dicho enfoque.
Ese capítulo en especial se ha reeditado sin sustanciales modificaciones, ofreciendo un cuadro comprehensivo muy dudoso respecto al conductismo histórico y actual. Aquí no se puede hacer un descarte detallado de todas las afirmaciones y argumentos que despliega Bunge, muchos de ellos sólo esbozados y otros confusos. Su mayor fortaleza es lo expeditivo con que menciona las “taras” conductuales, haciendo eco de malentendidos harto repetidos por autores anteriores a él con respecto a los conductismos de Watson y Skinner. Pero al abstenerse de entrar en distinciones respecto a las múltiples variantes conductistas modernas, sus ideas muestran un desfase de cincuenta o sesenta años. ¡Un horror, porque el libro es considerado “un clásico” en el tratamiento actualizado de los temas epistemológicos de la psicología!
Dos sencillos ejemplos bastan para entender que el trato sobre el asunto “conductismo” se basa en conocimientos muy flojos, en malentendidos y hasta en bravatas:
Extrañamente, le achaca a Skinner ser un teórico E-R, y da a entender que gran parte de su información la ha sacado del manual de Zuriff (1985) sobre conductismo, añadiendo que no se puede estar bien informado sin consultar esa monografía (¿?). No obstante, aquella es clara a la hora de distinguir las diferencias entre el conductismo radical y el conductismo E-R. Zuriff, que es un autor de origen operante, dice, entre otras cosas lo siguiente: “Una de las interpretaciones de la psicología E-R se identifica con el reflejo. En una forma estricta, esta identificación es inválida simplemente porque la mayoría de teorías conductistas no ven la conducta como consistente de respuestas elicitadas por estímulos”. (p. 117)
Igualmente, dicho manual —contradiciendo lo que señala Bunge acerca del ateoricismo skinneriano— deja sentada la forma como los constructos hipotéticos se utilizan dentro del conductismo radical, cuando: a) sus propiedades no difieren sustancialmente de las características de los hechos objetivos. b) hacen referencia a hechos cercanos a la experiencia inmediata, y b) operan bajo el control funcional de variables ambientales y conductuales.
Por otro lado Bunge muestra permanente confusión respecto a la supuesta adherencia skinneriana al positivismo lógico ¿De dónde saca que el conductismo radical se atiene a los dogmas operacionalistas? Skinner más bien manifestó una oposición desdeñosa hacia ellos. De acuerdo con la opinión skinneriana: “Puede definirse el operacionismo como la práctica de hablar acerca de: 1) las propias observaciones, 2) los procedimientos manipulativos y de cálculo involucrados al hacerlas, 3) los pasos lógicos y matemáticos que intervienen entre las afirmaciones primeras y las últimas, y 4) nada más. Hasta ahora, la principal contribución ha procedido de la cuarta provisión y, al igual que ella, es negativa... No se han realizado avances positivos importantes en relación con las tres primeras provisiones, debido a que el operacionismo no cuenta con ninguna buena definición de una definición, ya sea operacional o de otro tipo. No ha desarrollado una formulación satisfactoria de la conducta verbal efectiva del científico... La aseveración original de Bridgman de que «el concepto es sinónimo del correspondiente conjunto de operaciones» no puede tomarse al pie de la letra…”. (Skinner 1945/1975: pp. 413-414)
En suma, el capítulo sobre conductismo está lleno de imprecisiones, y quien las comete es nada menos que uno de los filósofos de la ciencia más acreditados. Y su escrito es materia de discusión superficial y de difusión por fotocopias en instituciones universitarias a nivel de pre y post grado. Es verdad: Aunque Ud. no lo crea, ésto circula por ahí…


REFERENCIAS
Bunge, M. y Ardila R. (1988). Filosofía de la Psicología. Barcelona: Ariel. Última reedición del capítulo visible aquí
Skinner, B.F. (1935/1975). La naturaleza genérica de los conceptos de estímulo y respuesta. En Registro acumulativo (pp. 511-534). Barcelona: Fontanella.
Zuriff, G.E. (1985). Behaviorism: A conceptual reconstruction. New York: Columbia University. Press. Parcialmente disponible
aquí

7 comentarios:

William Montgomery dijo...

Gracias por el comentario, Luis.
Efectivamente, la tendencia cuantificadora dejó de lado aspectos importantes del conocimiento en aras de un aparente anclaje estadístico.
Ese tema lo trata Kantor en su "Evolución científica de la Psicología".

William Montgomery dijo...

Disculpa Luis, por error eliminé tu comentario. Todavía no domino bien esto. Por favor envíalo de nuevo y seguiremos conversando.

Lucho dijo...

Profesor Montgomery,

En todo caso, añadiría solo algunos comentarios, pues, por sus respuestas, se entiende hacia donde iba yo.

Una vez un médico que conocí me dio una metáfora interesante con respecto a la psiquiatría, su especialidad. Él dijo algo que reza más o menos así: LO QUE SABEMOS EN PSIQUIATRÍA ES COMO LA CORRELACIÓN ENTRE EL MOVIMIENTO DEL AUTO CON RESPECTO AL MOVIMIENTO DE SUS RUEDAS; CON ESE CONOCIMIENTO PODEMOS HACER ALGO, PERO ESTAMOS LEJOS DE DECIR QUE SABEMOS REALMENTE LO QUE SUCEDE. Me causó buena impresión un profesional que, además de tener respeto por la psicología, reconoce los límites de su disciplina. Ahora bien, muchos psicólogos (al igual que los legos en la materia,) han llegado a creer que el movimiento del auto (conducta humana) se entiende por el movimiento de las ruedas (un simple correlato biológico.) Hablando del psicobiologismo de Bunge.

Y no niego que este conocimiento sea importante; sin embargo, el que lo use se va a quedar corto si quiere aprehender la complejidad de la psicología solo por medio de ese modelo (en el mejor de los casos, concluirá que el cerebro social funciona integradamente en niveles más complejos, lo que en buen romance no contribuye ni peregrinamente en dirección hacia aplicaciones concretas.)

Un comentario de otro orden. Me parece lo más conveniente para un blog que los post sean así, petardos que impacten por su precisión, por ser claros, completos, concisos, sobre los cuales hacer posible un interesante intercambio de ideas. (Bienvenidos los artículos completos, pero para opinar sobre ellos preferiría imprimirlos primero, y, por otra parte, no creo que pueda publicar con tanta frecuencia, sobre todo por la complejidad de los temas que trata.)

Saludos cordiales,

Luis Olivares Stasiw

William Montgomery dijo...

Claro! La razón por la cual incluí artículos largos al principio era por la urgencia de dotar al blog de un contenido, y no tuve tiempo de hacerles un resumen suficientemente comprehensivo. En lo sucesivo los post serán cortos.
Referente al asunto de la conducta, están los que la ven como algo que "recubre" lo "inobservable" en diferentes modalidades (la cognición, la lógica, el procesamiento de información o también la acción del SNS). Según eso, seríamos una cáscara de fruta con mucho jugo adentro, jajaja...

Lucho dijo...

Toda conducta social, desde que es social y puede comunicarse a un semejante, es susceptible de ser observable.

No tiene nada de interno. Se confunde "interno" con "privado."

Y las interacciones lingüísticas concretas con una realidad específica (que puede ser en diferido) o con símbolos y reglas (que puedo comunicar) son, valga la redundancia, interacciones (que tienen sentido desde que se sostienen de la exitencia de una comunidad verbal.)

Comunidad verbal de la que parten.

Por otra parte, esa opinión que la psicología se ocupa de "lo interno" a través de su expresión en la "conducta observable" creo que la podrían dar incluso personas ajenas a la disciplina. Es una idea, más bien fácil y congruente con el sentido común.

William Montgomery dijo...

Eso mismo.
La metáfora del sentido común se ha hecho "carne", y como no hay muchos que se interesen por profundizar la reflexión sobre estos temas porque están más ocupados en satisfacer urgentes demandas económico-sociales (tanto las ajenas como las propias), o analizar visceralmente los problemas sociopolíticos, la metáfora se extiende.
De esta manera, la "opinión pública" de la profesión no retroalimenta con una visión crítica a los filósofos de la mente para que empiecen a distinguir "filosofía" de "mitología" en sus escritos.

Manu dijo...

Solo puedo decir que esto es para echarse a llorar. Lo más lamentable de todo es que se discute sobre una teoría con un simple libro (que me disculpe Ardila) sin tener en cuenta al resto de profesionales que se dedican al estudio de la conducta, sin tener en cuenta toda la evidencia empírica actual del paradigma (aunque no estemos muy unidos) y para colmo que ni siquiera se haya leido a Skinner.

Con hechos así me resulta normal que mis profesores de Evolutiva y Social critiquen el Análisis de Conducta de forma indiferente y tan sesgada. En una clase de Psicología Social la profesora llegó a decir que el conductismo no tiene en cuenta el contexto.

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